
Los impuestos no son un gasto (al menos no como tú piensas)

En el día a día hablando con pymes y autónomos, hay una frase que se repite mucho:
“Pago demasiados impuestos”.
Y, aunque es comprensible, también es importante aclarar algo fundamental:
👉 ni el IVA ni el IRPF de tus facturas suponen un gasto real para ti.
Entonces… ¿qué son?
El IVA no es un coste. Es un dinero que cobras para Hacienda, no para ti.
Funciona como un “puente”: tú lo recaudas al emitir facturas, pero sabes que después tendrás que ingresarlo. No te pertenece.
El IRPF en facturas de autónomos (retenciones) tampoco es un gasto. Es simplemente un adelanto del impuesto sobre tus beneficios. No lo pierdes: ya cuenta a tu favor cuando hagas tu declaración de la renta.
En el caso de las empresas, el IRPF que pagas trimestralmente tampoco es un gasto propio.
Se trata de las retenciones que has practicado en las nóminas de tus trabajadores o en las facturas de los profesionales autónomos con los que colaboras. Es decir, ese dinero nunca fue tuyo: lo retuviste en nombre de Hacienda y ahora simplemente lo ingresas. La empresa actúa como intermediaria, no como pagadora del impuesto.
¿Y el Impuesto de Sociedades?
Ahí sí. Si tienes una SL, el Impuesto de Sociedades (IS) sí es un gasto real para la empresa, porque se calcula sobre los beneficios. Pero aún así, pagarlo significa que estás ganando dinero, y eso es buena señal.
¿Entonces por qué parece que “los impuestos me cuestan”?
La respuesta suele estar en la gestión de tesorería.
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Si emites facturas con IVA pero no has cobrado aún a tus clientes, y te toca ingresarlo, tienes que adelantar dinero.
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Si no reservas correctamente el IRPF retenido, puede parecer que te falta liquidez cuando llega el trimestre.
Ahí es donde los impuestos sí pueden implicar un coste financiero, especialmente si tienes que pedir financiación para cumplir.
💡 Pero esto no es culpa del impuesto en sí, sino de una planificación deficiente.
¿Cómo evitarlo?
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Gestiona bien cobros y pagos.
Si puedes, intenta cobrar antes de pagar el IVA. Si no, elige clientes fiables y controla los plazos. -
Reserva lo que no es tuyo.
El IVA e IRPF retenido no deberían mezclarse con tu caja “real”. Guárdalo aparte desde el principio. -
Conoce opciones como el criterio de caja del IVA.
Si quieres pagar el IVA solo cuando cobras, existen fórmulas legales como el pago de impuestos por criterio de caja.
En resumen
El IVA y el IRPF no son gastos.
Son movimientos contables que gestionas como recaudador temporal.
Lo que sí puede ser costoso es una mala gestión de tu flujo de caja.
Y para eso estamos: para ayudarte a ver más allá de los impuestos y entender realmente cómo funciona tu negocio.