A la hora de financiar un vehículo, maquinaria o equipamiento para tu negocio, dos palabras aparecen siempre en la conversación: renting y leasing.
Ambas son fórmulas para acceder a bienes sin comprarlos de forma directa, pero no significan lo mismo ni se usan en los mismos contextos.
De hecho, elegir mal puede tener implicaciones contables, fiscales y operativas importantes.
El renting es, en esencia, un alquiler a medio o largo plazo, generalmente de entre 1 y 5 años. El bien (un coche, un portátil, una impresora...) nunca es de tu propiedad y al finalizar el contrato, simplemente lo devuelves o lo renuevas.
Pero lo que más se suele valorar es que en una sola cuota mensual se incluye todo (mantenimiento, reparaciones, impuestos, seguro...).
Desde el punto de vista contable, el renting se registra como gasto mensual deducible (no se activa como inmovilizado), lo cual simplifica la gestión y mejora la previsión de caja.
El leasing es una fórmula más parecida a una compra financiada. Pagas cuotas mensuales por el uso del bien, pero con la particularidad de que, al final del contrato, puedes ejercer la opción de compra por un valor residual (normalmente bajo).
Durante el contrato, el bien no es técnicamente tuyo, pero sí se registra como un activo en tu contabilidad y se va amortizando.
Es una solución atractiva si tu intención es quedarte con el bien al final, especialmente si se trata de maquinaria, equipamiento o tecnología que planeas usar durante muchos años.
Característica | Renting | Leasing |
---|---|---|
Naturaleza | Alquiler | Financiación con opción a compra |
Propiedad | Siempre de la empresa de renting | Posible traspaso al final del contrato |
Contabilidad | Gasto mensual | Activo amortizable |
Servicios incluidos | Sí (mantenimiento, seguro, etc.) | No |
Flexibilidad | Alta (puedes cambiar o renovar) | Baja (más compromiso) |
Fiscalidad | 100 % deducible como gasto |
Se amortiza, no siempre 100% deducible ¿En qué casos es mejor uno u otro? |
Quieres cuotas fijas, todo incluido y sin sorpresas
Tu prioridad es la flexibilidad
No necesitas ser dueño del bien
Te interesa renovar vehículos o equipos cada pocos años
No quieres complicarte con seguros ni mantenimiento
Te interesa quedarte con el bien al final
Quieres amortizar el activo contablemente
Buscas una forma de financiación que te permita usar el bien desde el principio
Tienes claro que vas a usar ese activo durante mucho tiempo
Ambas opciones son válidas, pero no equivalentes.
Si tu objetivo es usar el bien sin preocuparte por nada más, el renting es la opción más práctica.
Si lo que buscas es financiar la compra de algo que te va a acompañar muchos años, entonces el leasing tiene más sentido.