Por qué no deberías celebrar una venta hasta que el dinero esté en tu cuenta
Puede parecer una obviedad, pero no lo es. A diario, muchas empresas celebran ventas porque “han facturado mucho este mes”… sin darse cuenta de que la facturación no paga nóminas, ni impuestos, ni alquileres. Lo que paga es el dinero que entra en la caja.
👉 Facturar no es cobrar. Y entender esa diferencia es vital para la salud de tu negocio.
Facturar es emitir un documento legal en el que solicitas el pago de un bien o servicio ya prestado. Es decir, creas un derecho de cobro frente a tu cliente.
A nivel contable, esto:
Se registra como ingreso en tu cuenta de resultados
Y como cuenta por cobrar (Accounts Receivable) en tu balance
Pero... el dinero aún no ha llegado.
Cobrar es cuando ese derecho de cobro se materializa en dinero real, que entra en tu cuenta bancaria o caja.
Solo cuando cobras puedes:
Pagar gastos
Invertir
Dormir tranquil@ 😅
Porque si no controlas bien esta diferencia, puedes:
Sobreestimar tu rentabilidad ya que asumes como ingresos facturas que aun no has cobrado.
Tener tensiones de tesorería aunque estés “facturando bien”
Pasar por alto facturas vencidas o impagos
Sí, pero… ¿cuánto has cobrado?
Si solo han entrado 8.000 €, el resto es papel. Y si una parte no se cobra nunca, acabará siendo una pérdida en tu contabilidad.
👉 Facturar es un paso. Pero cobrar es el resultado final.
La factura pasa de ser una venta… a ser una pérdida incobrable
Contablemente, tienes que provisionarla o cancelar su efecto
Operativamente, pierdes margen y liquidez
Lleva control de tu cuentas por cobrar (AR)
Define políticas de cobro y de pago claras
Automatiza recordatorios y vencimientos
Revisa tus días de cobro promedia: ¿cuántos días tardas en cobrar?
Sí, facturar es importante, porque si no facturas, no puedes cobrar. Pero facturar solo genera un derecho, mientras que cobrar te da seguridad, caja y tranquilidad.